miércoles, 28 de diciembre de 2011

MARIO BENEDETTI


Esa noche habían pronosticado lluvia en el teatro. Y ahí estaba yo, con mi impermeable y mi sombrero de estación, esperando que se largara la tormenta, esa que tanto amaba Brassens.
No fue un chaparrón ni un aguacero en Paris, pero aún así, ese look tan a lo Humphrey Bogart que tenía puesto vino justo para la ocasión. Resulta que había una mujer perdida entre la bruma que envolvía a la audiencia. Los reflectores no me dejaban verla bien, pero parecía demasiado hermosa como para ser cierta. El misterio de su rostro sembraba la certeza de saber que mis días sin ella serían un desierto, un paisaje lunar imposible de habitar.
En mi cabeza resonaban viejos poemas. Esos de Benedetti que hablaban del amor, la vida y las mujeres. Me acuerdo aún de esas ganas locas de buscar a la misteriosa mujer y decirle “por qué no te quedas” o susurrarle “lovers go home” al oído. Y así fue, cuando paró de llover y los dioses descansaron de su llanto, decidí cerrar mi parte del show homenajeando a aquél gran poeta uruguayo, recitando “Táctica y Estrategia” en medio de un espectáculo que combinaba música y poesía.
Por supuesto, a la dama nunca la volví a ver.

Táctica y estrategia

Mi táctica es mirarte
aprender como sos
quererte como sos

mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible

mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos

mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos

mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple

mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.

Mario Benedetti

martes, 20 de diciembre de 2011

URGENCIAS


Los problemas económicos que dejan cada día a más personas sin empleo, las guerras atroces que no perdonan siquiera al eco de los llantos y una clase política con promesas dignas de ser uno de los miles de cuentos de Scheherazade, nos traen bajo sus brazos el rumor de las voces del pueblo exigiendo ser escuchado. 
Hay días en los que el mundo se vuelve un lugar insoportable, donde el calor veraniego incendia las calles y no existe oasis que calme la sed ni la falta de amor.
Pasa, también, que el mundo abruma y el barrio llora de noche, y yo intento detener la fugacidad del tiempo con un pequeño poema con aires de venganza.


Urgencias

Quizás,
el barrio esté llorando esta noche
y mis vecinas duerman
abrazadas a su madre
esperando que la televisión
deje de hablar de política.

Quizás,
los diarios sucios de tinta
que narran guerras atroces
y  temibles problemas económicos
se dediquen a publicar poemas de amor
para evitar llantos entre página y página.

Quizás,
el mundo quede desconcertado
y deje de plantearse el suicidio
cuando escuche las voces del pueblo
diciendo que las más evidentes diferencias
son las que hacen a la verdadera belleza.

martes, 13 de diciembre de 2011

EL CIRCO DEL BARRIO

Publico a estas horas porque las señoras del barrio están durmiendo, o al menos eso creo. Uno nunca sabe.
Hay una en especial que me llama la atención: parece tener una afición por regar su jardín, como si fuera una especie de protesta por las multas que impone obras sanitarias. Lo curioso es que por más temprano que uno se acerque a su casa, ella está ahí, mojando el pasto, viéndote llegar trasnochado, esperando a que salga el sol para levantar el tubo y comentarles a las demás lo torcido que caminaba el hijo de tal o cual cuando bajó del coche.
Pero no divaguemos más, este poema cargado de ironía y magía es un tributo a ellas y a mi barrio, el cual no sería el mismo sin su presencia y sin las tardes de circo, cuando se sientan a tomar el fresco y yo ando a lo loco por ahí, correteando minifaldas en la plaza del barrio. Buenas noches.


El circo del barrio

Mis vecinos dicen
que estoy loco.
Lo se por unos
señoras chismosas
que no soportaron
el guardar un secreto.

Me han dicho
que pasan horas
comentando sobre
mi extraña manera
de perseguir minifaldas
en la plaza del barrio
y que mis modernas
y elegantes galanterías
han despertado
un brote de envidia
que deja insomne a
los viejos esposos.

Yo no les creo.

He visto
a esas señoras espiándome,
riéndose de mí,
intentando convencer
a sus maridos de imitarme.
Es una lástima,
porque el arte de la seducción
debe ser finamente bordado
para no terminar
como un loco enamorado
persiguiendo minifaldas
por la plaza del barrio.

lunes, 5 de diciembre de 2011

TUS CINCO MINUTOS

Así es, no lo dudes, te pareces al café con leche de mis mañanas agitadas, revuelta y endemoniadamente necesaria.


 
Tus cinco minutos


Te pareces al café con leche
de mis mañanas agitadas.
Un sorbo rápido que apenas
se disfruta entre los labios,
los cinco minutos que tengo
antes de enfrentarme al nuevo día.

Te quedas impresa en mi boca,
dando vueltas en la cabeza,
revolviendo mis ideas,
haciéndome gastar tiempo
en recordar tu aroma,
el sabor de tus dulces besos.

Te pareces al café con leche
de mis mañanas agitadas.
Dos cucharadas de azúcar,
una de café,
media taza de leche
y medio día de reproches.