viernes, 24 de agosto de 2012

CARTA DOCUMENTO


“En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
ya no siento el corazón”.
(Antonio Machado)



Carta Documento

Quizás así
sea más fácil.
Partamos en dos
el último poema
que te regalé
y fumemos a medias
aquel maldito cigarrillo.

Dividamos lo poco
que queda
de mi pelo y juventud.
Quédate la mitad
de esta indecorosa
manera de no hablarnos
y la cama fría
y el haberte enseñado
a dormir sola durante
las noches tristes
en las que andaba perdido,
vaya uno a saber
en cual verso.

Por último, quema
el sueño eterno
de una vida juntos
y una copia,
legalizada,
de la única carta
que no te escribí. 

miércoles, 15 de agosto de 2012

LA ODISEA

“Perdón por la tristeza” (J. Sabina)

La Odisea

Ha capturado mi atención. Ésta sentada junto a la ventana sin más compañía que la de un libro, tomando un café mediano al cual revuelve con suma delicadeza, procurando que ninguna gota venza las leyes de la gravedad y abandone la taza. Parece frágil, pequeña y frágil, pero su mirada, confusa como la niebla, estremece el lugar.
No encuentro las palabras justas para definirla. Puedo intentarlo diciendo que su cabello refleja el sol recordando el paisaje y aroma del otoño y que su cara parece estar tallada en piedra, que tiene una belleza injusta y que probablemente las diosas del Olimpo la envidien al punto de desear su muerte. Pero hay algo en ella, un halo de melancolía que, sin quererlo, opaca la hermosura que la engrandece.
Lleva un largo rato dirigiendo su vista del libro a la calle, de la calle al libro, buscando a alguien que no encuentra en los adoquines ni en las tímidas páginas que sostiene con tanta desesperación. Mira con tanto anhelo hacia fuera que obliga a creer que el destino del mundo depende de esa cita.
El reloj del café no da tregua. Ninguna mirada por poderosa que sea puede detenerlo. Van varias vueltas de página y la persona que espera aún no se divisa en el horizonte, y quizás, no se divise nunca. Pobre Penélope. Ella no sabe que quedan muy pocos Ulises en esta ciudad.

domingo, 5 de agosto de 2012

APRESÚRATE

“Como quien cree con toda certeza
que los días se parecen a un reloj de arena”.


Apresúrate

Apresúrate. Aún fuera es invierno.
Que el sol ilumine tu rostro
con la delicadeza de quien
borda a pinceladas una obra de arte
y tu piel brille resplandeciente
opacando las doradas tonalidades
del paisaje que nos ama.

Apresúrate. Fúmate un último cigarrillo.
Resuelve la alquimia
que venza tus gripes y toses
y exige a los dioses
que paren al mundo,
que mil rosas blancas te esperan.

Apresúrate. Que la vida
se escurre entre mis manos.