lunes, 31 de octubre de 2011

ÁNGEL GONZÁLEZ


Ángel González fue un gran poeta español, quien haya leído un poco de su obra puede atestiguar que sus versos son capaces de trasladarnos en espacio y tiempo. Puede llevarnos, quizás, a un viejo café en Madrid donde la mujer de otro nos espera sentada en la mesa, o porqué no, a los montes de unas sábanas que cubren las hermosas piernas de una mujer, o quizás, a un desolado paisaje donde los susurros del viento no son capaces de tapar los llantos de una familia que carga con el penar de la guerra.
No se acobarden cuando al abrir uno de sus libros sientan un aroma a café y tabaco, o vean espuma de cerveza correr por las páginas, es algo común con este poeta, que cual mago de antaño, mezcla en su caldero hasta el hervor una pizca de cinismo, una ramillete de cotidianeidad y un tratado de urbanismo.

Cumpleaños de Amor

¿Cómo seré yo
cuando no sea yo?
Cuando el tiempo
haya modificado mi estructura,
y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre,
otros mis ojos y otros mis cabellos.
Pensaré en ti, tal vez.
Seguramente,
mis sucesivos cuerpos
-prolongándome, vivo, hacia la muerte-
se pasarán de mano en mano
de corazón a corazón,
de carne a carne,
el elemento misterioso
que determina mi tristeza
cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado
sin remedio:
lo que la gente llama amor, en suma.

Y los ojos
-qué importa que no sean estos ojos-
te seguirán a donde vayas, fieles.


Ángel González

lunes, 24 de octubre de 2011

A PESAR DE SER LUNES



Hace poco un amigo colgó en su facebook la imagen de un graffiti que decía: “Boicotea al sistema, ¡sonríe!”. Al leerlo, no pude evitar traer a la mente este viejo poema que condena a los días lunes y su tedio. Propongo un boicot general, sonriamos, quizás así podamos encontrarnos unos a otros reflejados en medio de una sonrisa universal y calmemos la furia de esos días que ensordecen por tanto ruido. 


A pesar de ser Lunes

A esos lunes
que arden
en los párpados

A pesar de ser lunes
y  morirme de sueño,
los diarios me hablan
sobre la dura economía
y los pájaros entonan
una melodía tan triste
que sólo logra
posicionar tu recuerdo
en esa diminuta lista
que compone mis prioridades.

El cansancio
se vuelve agonía
mientras yo sigo como un tonto
intentando olvidarte,
buscando por la  ventana
alguna frase
certera y precisa
para dejar de escribir
y abrir los ojos
y que ya sea  martes.

miércoles, 12 de octubre de 2011

BUENAS NOCHES, AMOR

Suelo entablar largos diálogos con mi cama. Ella me interroga cada noche, quiere que le cuente sobre mi alergia al amor y la primavera, que dé detalles acerca de la última mujer que me ha tenido desvelado o que le explique por qué lloro mientras duermo. A veces le cuento la trama de alguna película de Woody Allen o le relato en voz alta partes de una novela de ciencia ficción donde las supernovas encandilan amores inconclusos. Aún así, ella insiste en saber sobre mi vida y le pido una tregua, pero no por mucho, porque le suplico que me llame a gritos cuando me aleje y me encuentre perdido.

Buenas noches, amor

Buenas noches, amor,
la cama me llama a gritos.
Por hoy no escucharé más ruidos,
ni tragedias alegres,
ni al canal de chimentos
pidiendo perdón
por ser tan sincero.

Buenas noches, amor,
prefiero enredarme entre las sábanas
y cerrar con fuerza los ojos
para no ver que afuera,
en la calle,
la vida sigue viviendo
mientras yo duermo.

Quizás así pueda
dejarme llevar
y empezar a soñar
con no padecer insomnio
y tener que levantarme
asustado a secar las lágrimas
de la canilla del baño.

Buenas noches, amor,
la cama me llama a  gritos.

lunes, 3 de octubre de 2011

BOSTEZAS


Hay noches en las que uno trata de vencer el cansancio para permanecer junto a la persona que ama, con temor, quizás, a que la fugacidad de los tiempos que corren terminen por esfumar eso que tanto ha costado conjurar entre los dos.
La arena del reloj parece caer lentamente aunque fuera todo sea distinto y  los dioses correteen por la ciudad, haciendo que la Tierra gire más deprisa y tus abrazos sean eternos, al igual que estos versos de día Lunes. 

Bostezas

Bostezas
y disimuladamente
miro el reloj.
La noche
te hincha los párpados
mientras
me acalambra
el cuello y el alma.

Seguramente,
fuera,
se oirá el rugir
de la estatua
de un león apenado
y temblarán
los rincones oscuros
repletos de vicios
y arderán
las calles bajo
las lámparas de sodio
que juzgan las sombras
de los amantes
mal escondidos.

Bostezas
y susurrando
pregunto
si la noche
se acorta o,
simplemente,
la Tierra gira
más rápido
cuando estoy a tu lado.