Igual
que los viejos marinos que se ataban al mástil de proa para huir de las
hermosas y letales sirenas, el protagonista de este poema se ata con mantas a
los bordes de su cama mientras se asoma por la ventana, tentado de largarse de
un salto al vacío que implica una fría noche invernal y caer en las garras de
un amor maldito que lo salve de la fiebre y la tos.
Dedicado
a todos los que han quedado naufragando en sus casas con una historia de amor
frustrada por un cuadro clínico gripal. En fin, un clásico.
Gripe
Me asomo a la ventana
y miro al cielo congelado
buscando algún copo de nieve
que tenga la delicadeza de terminar
con este jodido invierno
y me libre de esta tos
que ni las ganas de verte
y el paracetamol
han logrado calmar.
Mi nariz empaña el vidrio
mientras apuro el té de un sorbo
y contemplo un viejo corazón
que tu dedo algún día dibujó.
Afuera la soledad de la noche
me impacienta
y toso con fuerza
y maldigo a la gripe y al frío.
Mejor voy a la cama,
no vaya a ser que
entre tanto silencio
logre distinguir
tus cantos de sirena
y me pierda en la fiebre,
envuelto entre mantas,
mientras afuera el último copo cae
y el invierno me sonríe.
Maldigo al señor del clima, a los dioses caprichosos, a los antibióticos y al ibuprofeno que me hacen sentir en pleno invierno. Nuevamente, faltaré a la cita pactada. Espero este año el naufragio no sea tan tajante, que la tierra firme y la fiebre, también marean. Buenas noches a tod@s. Saquen la bufanda del perchero. Besos, miles.
ResponderEliminarGracias por tu visita y por tu comentario. Tu poema me encantó, pero no matemos al mensajero, jaja.
ResponderEliminarLas cosas ocurren y tienen un porqué y seguro es porque algo mejor está por ocurrir... o eso espero. Te sigo
Un abrazo
Permiso! Encantada de que te hayas pasado a leerme un rato :) Un saludo!
ResponderEliminarmuy buen poema y la introducción, abrazo desde Baires
ResponderEliminarEn el barrio lo decíamos:
ResponderEliminar_ Algo le pasa a este chico, lleva día con las ventanas cerradas!
No es que uno sea chismoso, pero el invierno es propicio para mirar a través de las rendijas.
A mí me dejaron plantada muchas veces, aunque nunca fue por un resfrío. Vaya capricho climático, hacerte perder un amor. Eso sí, mi estimado Dcamp, si descorchó un malbec por tu ausencia es que mucho no le interesabas, eh. (Vivian siente que ha sido cruel)
Igual, ha quedado esta poesía bonita y gripal. (Y un viejo corazón sobre el vidrio)
Espero este otoño te sea leve, si vez que se repite lo del año pasado…¡Tómate un whisky!
Me voy, afuera está helado y me espera un camino largo. Agarro mi bufanda y te dejo el corazón en el perchero. (Cuidado no se lo coma el gato)
Besos
A veces las cosas ocurren sin motivo, con menos fortuna de lo esperado. A veces también, pero, con el tiempo ves que fue mejor la sorpresa del destino, dicen que todo ocurre por algo...
ResponderEliminarEspero que este otoño y el venidero invierno sean buenos con tu salud, y te regalen raudales de inspiración que repercutan en este blog que tanto me gusta... y veo feliz q cada día suma más seguidores, algun@s compartid@s!
Gracias por tus comentarios en tu blog, siempre son un placer y más aún cuando ha tocado combatir a puristas, incredulos del amor!
Un abrazo transoceánico, con toque primaveral!
Aún estoy sorprendido por ese purista que cree que el amor es algo de lo que sólo hablan los sabios. Debería salir un poco más a la calle. Pero bueno, los seguiremos combatiendo, tienes mi apoyo!
EliminarAbrazos otoñales!
La fiebre siempre nos hace mirar de distinta forma.
ResponderEliminarPero me alegro de que en tu perchero haya emoción e ilusión.
:)
Cuanto más perdidos nos vemos, más encontramos estamos. No hay mayor verdad, el corazón dibujado por un amor puede aliviar el dolor físico, pero a veces causa daños morales que requieren operación en quirófano.
ResponderEliminarEspero que mejores del resfriado,
Alma.
Y el invierno me sonrie con malicia.
ResponderEliminarBuenos poemas, muy simpaticos. No se si puedo criticar puedo?