lunes, 31 de octubre de 2011

ÁNGEL GONZÁLEZ


Ángel González fue un gran poeta español, quien haya leído un poco de su obra puede atestiguar que sus versos son capaces de trasladarnos en espacio y tiempo. Puede llevarnos, quizás, a un viejo café en Madrid donde la mujer de otro nos espera sentada en la mesa, o porqué no, a los montes de unas sábanas que cubren las hermosas piernas de una mujer, o quizás, a un desolado paisaje donde los susurros del viento no son capaces de tapar los llantos de una familia que carga con el penar de la guerra.
No se acobarden cuando al abrir uno de sus libros sientan un aroma a café y tabaco, o vean espuma de cerveza correr por las páginas, es algo común con este poeta, que cual mago de antaño, mezcla en su caldero hasta el hervor una pizca de cinismo, una ramillete de cotidianeidad y un tratado de urbanismo.

Cumpleaños de Amor

¿Cómo seré yo
cuando no sea yo?
Cuando el tiempo
haya modificado mi estructura,
y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre,
otros mis ojos y otros mis cabellos.
Pensaré en ti, tal vez.
Seguramente,
mis sucesivos cuerpos
-prolongándome, vivo, hacia la muerte-
se pasarán de mano en mano
de corazón a corazón,
de carne a carne,
el elemento misterioso
que determina mi tristeza
cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado
sin remedio:
lo que la gente llama amor, en suma.

Y los ojos
-qué importa que no sean estos ojos-
te seguirán a donde vayas, fieles.


Ángel González

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