“Un día de estos lo confieso, no se preocupen”.
Mis Vecinas
Por las
noches
me gusta
tocarle el
timbre
a mis vecinas
y salir
corriendo
cuando se
asoman
por la
puerta.
Hace años
que las
molesto.
Me ayuda
a calmar
esa
hipocondría
moralista
de ser ignorado.
Ellas no lo
saben.
Creen que es
algún niño
del barrio
aburrido
y
perdidamente
enamorado de
ellas.
Lo más
gracioso,
es que quizás
estén en lo
cierto.
Hacía mucho que no pasaba por aquí, mis disculpas de antemano. Sigo tantos blogs que a veces se me olvida pasar por todos regularmente...
ResponderEliminarQuiero decirte que me ha gustado la sencillez de este poema y la complejidad del sentimiento que desprende.
Cuando el amor asoma volvemos a ser niños, nos vuelve la inocencia (a medias), las ganas, la felicidad. Solo nos preocupa salir a pasear, verla, y olvidarnos de todo lo demás.
Un fuerte abrazo, Daniel!
Marina :)
Compañero, este poema es una obra de arte! Lo compartiré en la página de mi blog en facebook!! Sobretodo el final, es una muy buena manera de terminar el poema :)
ResponderEliminarUn abrazo fuerte!
Bestial.
ResponderEliminarNo tengo más que decir.
:)
Este es GENIAL.
ResponderEliminarEl final es hermosísimo!
Besos
(Esta noche dejo la luz del portal apagada jiji)
Me han tocado todas las palabras de verificación difíciles "·$%&/&%$·"".
ResponderEliminar¿Qué mal hice yo? jaja.