Y aún así, aquí estamos. Esta tarde haremos repaso de lo andado. No es usual un
espectáculo de poesía leída. Habrá que desempolvar viejos poemas, repasar los
nuevos y escribir algunos en los pasillos del lugar. Por suerte tengo el honor
de contar con Mariana y sus canciones. Con una compañera tan talentosa, uno sin
dudas, se siente menos solo.
Los espero esta tarde. Y espero sepan disculpar mis tropiezos y fallas, la voz
ronca y temblorosa, esos nervios, que como decía aquel cantautor al que admiro,
te asaltan antes de cada concierto. Besos, miles.